El trabajo obrero en las faenas salitreras
Una descripción de la época:
En las primeras, los obreros trabajan con grandes sacrificios; en algunas faenas en forma casi cruel; en las chancadoras, por ejemplo, rodeados de un polvo asfixiante y cegados, y en los cachuchos con un calor abrasador y sin seguridad para el trabajo; por eso las enfermedades y los accidentes son mayores en ellas.La explotación del salitre se efectúa en las oficinas con instalaciones de maquinarias antiguas unas y más modernas otras, que hacen el trabajo más difícil en aquéllas y más fácil en éstas.
En las segundas, las maquinarias más modernas y perfeccionadas permiten un trabajo más fácil, más descansado, con menos sacrificio y más seguro porque se han subsanado algunas dificultades y peligros.
Se ha dicho con razón que el problema obrero en el norte, en cuanto se relaciona con el desgaste de la vida y los accidentes del trabajo, es problema de mecánica e irá disminuyendo con nuevas instalaciones y nuevos sistemas de elaboración.
Los trabajos que ejecutan los obreros en las salitreras pueden dividirse en tres categorías o faenas: las de cateo y extracción del caliche, las de elaboración del salitre y la de talleres auxiliares.
Faenas de Cateo y Extracción del Caliche: Se ocupan operarios llamados barreteros, particulares y carreteros.
Las condiciones de higiene y seguridad para los obreros en las diversas faenas, son, en general, deficientes: los locales en que trabajan carecen de suficiente luz, ventilación y desagües; el polvo en las chancadoras les molesta hasta obligarlos a trabajar con frecuencia con el rostro cubierto por telas o pañuelos de mano, y el calor y el desprendimiento de gases venenosos en los cachuchos a estar casi desnudos, hasta agotarles las fuerzas.
Las máquinas, o no están protegidas, o lo están en forma defectuosa, sin aparatos preventivos de accidentes, por lo cual es frecuente la caída de los obreros a los cachuchos con caldo hirviendo.
Se ocupan niños en máquinas y calderos con tareas abrumadoras para sus cortos años.
Estas oficinas salitreras son un ejemplo destacado de la fuerza, imaginación, creatividad y adaptabilidad del hombre, tanto en el desarrollo de una industria, como en la supervivencia frente a duras condiciones ambientales.
En esta gesta participaron hombres y mujeres de distintos lugares del mundo, quienes conformaron una cultura propia desde la cual surge el sentimiento pampino representado en innumerables obras.
Cabe precisar que en 1970 las oficinas fueron declaradas Monumentos Nacionales Históricos, instrumento que ha permitido en parte salvaguardar los restos del patrimonio industrial allí contenidos. En 1989 las tortas de ripio fueron anexadas a la declaratoria
Las fichas
Los sueldos y salarios no eran cancelados en dinero efectivo, sino que se usaba en su reemplazo las denominadas «Fichas», que eran el circulante obligado. Estas sólo tenían poder adquisitivo dentro de los límites de la oficina, situación que obligaba al trabajador a pagar precios abusivos por los artículos de consumo diario y la Compañía, por su parte, se beneficiaba en todos los frentes.
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Fichas de las salitreras |
Actualmente las fichas son piezas raras y el Museo del Salitre de Iquique cuenta con una colección bastante completa de las que corrían en las distintas oficinas de nuestra provincia.
Debemos agregar que el sistema de fichas constituyó el paso más avanzado de la explotación del hombre por el hombre y derivó en las primeras luchas sociales que, a su vez, dieron paso a medidas represivas atroces, como fueron las matanzas de las oficinas “Ramírez” y “La Coruña” y la tristemente célebre Matanza de la Escuela Santa María de Iquique, ocurrida el 21 de diciembre de 1907, donde murieron acribilladas alrededor de dos mil personas entre hombres, mujeres y niños, según los cálculos más conservadores. La cantidad de heridos fue similar.